EL CELO. UNA CUESTIÓN DE SEXO.

¿Qué es el celo de las perras?

El celo es el periodo en el que la perra está receptiva sexualmente y se repite cíclicamente a partir de la primera ovulación durante toda su vida (no tienen menopausia). Según la raza, la aparición del primer celo varía. Por ejemplo, lo normal en una hembra yorkshire al ser de raza pequeña es que el celo le aparezca entre los 6 y los 8 meses. Sin embargo en una golden retriever puede prolongarse hasta el año y medio o 2 años.

El ciclo sexual se divide en 4 partes, siendo sólo las 2 primeras las que se consideran “el celo”:

El poestro:

Dura entre 7 y 10 días. La vulva aumenta de tamaño, aparecen las típicas hemorragias y la hembra comienza a generar feromonas que atraen a los machos pero aún no permitirá la monta.

El estro:

Dura entre 5 y 15 días. En este periodo se produce la ovulación, las perdidas de sangre y la vulva hinchada van reduciéndose y la hembra acepta al macho.

El metaestro:

Dura entre 110 a 140 días. Es el periodo que corresponde a la gestación, parto y lactancia. La hembra rechaza al macho y si no está embarazada es cuando puede aparecer el conocido “embarazo psicológico”.

El anestro:

Su duración depende del ciclo de cada perra y corresponde al período de descanso sexual.

Normalmente, el celo dura unos 21 días, aunque esto depende de cada perra, y el periodo más fértil suele estar entre el día 9 y el 14. Un método bastante sencillo para saber si la perra está receptiva al macho es colocarle la mano sobre el lomo; si ella aparta la cola hacia un lado es que probablemente aceptará la monta. De todas formas, es posible realizar una citología vaginal para determinar el momento exacto del celo en el que se encuentra nuestra perra.

¿CÓMO AFECTA EL CELO EN LAS PERRAS?

Cuando va a aparecer el celo en la perra, o durante el mismo, podemos observar cambios en su comportamiento. El animal suele sentirse más cariñoso y juguetón que de costumbre, incluso en algunas perras puede observarse ansiedad al no tener la oportunidad de aparearse. Es probable que su aseo se intensifique, lamiéndose más que de costumbre para limpiar los resto de sangre. Esto puede provocar que al ser tan limpia el propietario no se de cuenta que la perra está con el celo. También es probable que tengan mayor necesidad de orinar, ya que deseará compartir a través de sus feromonas la información de que está sexualmente disponible.

Durante los días que dura el celo, debemos ser especialmente cuidadosos con el momento del paseo ya que la mayoría de los perros machos se mostraran muy insistentes con nuestra perra y con seguridad desobedecerán las órdenes de sus dueños. De la misma forma, evitaremos soltarla de la correa, ya que es una conducta muy común que la perra escape buscando machos.

¿CÓMO EVITAR LAS MOLESTIAS DEL CELO EN LAS PERRAS?

Cuando nuestra perra está en celo, lo único que podemos hacer para minimizar las molestias que pueda causar es comprar braguitas caninas a las que se le adhiere una compresa para evitar las manchas. Otra opción es confeccionar nosotros mismos un mecanismo parecido aunque posiblemente sea más incomodo para ella.

El resto de opciones pasan siempre por el veterinario. Poco recomendable es la inhibición del celo que se realiza mediante pastillas o inyecciones y que puede dar lugar a infección de matriz. Otra posibilidad es la ligadura de trompas, que aunque evita el embarazo, la perra sigue teniendo un ciclo sexual completo por lo que seguirá manchando y atrayendo a perros.

Lo mejor es la esterilización, ideal cuando no tenemos intención de criar cachorros. Con la esterilización evitamos graves problemas futuros como los tumores mamarios, la infección de matriz, la mastitis o el embarazo psicológico. Además le estaremos evitando el estrés a nuestra perra de querer aparearse y no poder hacerlo.

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