LA INCREÍBLE HISTORIA DE DUNA

La ilusión de Jordi

Jordi siempre hacía la misma broma a su mujer, Paqui. Cuando menos se lo esperaba, ella le veía a el haciendo gestos con la mano como si acariciase algo en el aire. “Es la perra que tendremos algún día" le decía, y ella se reía llamándole chiflado.

La razón por la que no tenían perro era Paqui. A ella le gustaban mucho los animales, pero por sus circunstancias se oponía a ello. Continuamente tenían que estar en el hospital visitando a médicos y no era la mejor situación para añadir la responsabilidad de cuidar de un perro, ya que Jordi tenía cáncer.

A pesar de todo,la enfermedad estaba muy controlada y esto, unido a la insistencia de Jordi, hizo que Paqui se decidiera en Navidad a regalarle un perro a su marido. Una golden, que era la ilusión de su vida. Así fue como les conocimos en DOGKING, y así fue como ellos conocieron a Duna.

Un giro inesperado

Duna rápidamente se convirtió en uno más de la familia. Siempre se mostraba alegre y juguetona, dispuesta a sacar una sonrisa a sus dueños aunque acabaran de llegar del médico. Jordi era quien se encargaba principalmente de sus paseos, ya que anímica y físicamente le ayudaban mucho en su enfermedad, y Paqui disfrutaba viendo lo feliz que estaba su marido cada vez que acariciaba a Duna.

Lo hacían todo con ella y, como no, también sus vacaciones. Así fue como el verano pasado estando en Palamos ocurrió. Un día normal de playa, brisa marina y terracitas llegó la hora del paseo nocturno a Duna. Como cualquier otro día, Paqui vio como Jordi salía por la puerta sosteniendo la correa de Duna. Pero a diferencia de otros días, él nunca más volvió.

Lo siguiente que Paqui recuerda es una llamada de la policía pidiéndole que fuese al hospital donde lo primero que hizo al llegar fue preguntar dónde estaba su marido, y el médico cogiendo sus manos le dijo “Ya no está”. A Jordi le había dado un infarto paseando a Duna y ella no se había movido de su lado, ladrando y llorando, hasta que alguien llego en su ayuda.

La ilusión de Paqui

La muerte de Jordi fue un golpe muy duro para Paqui, pero también para Duna que sin duda sentía la ausencia de su dueño. Dejo de comer su pienso, su cola dejó de moverse tan animosamente como solía hacer y le era muy difícil conciliar el sueño. Duna estaba pasando el luto, igual que Paqui.

Juntas compartieron la tristeza y en la soledad se hicieron compañía. Y justo esto es lo que Jordi quería, pues como él dijo a sus allegados “tenía un tiempo muy limitado” y quería que antes de que ese momento llegase tuviesen a Duna para que Paqui no pasase por esto sola. Y así fue. Duna no se ha separado ni un momento de su lado. Por las noches no pegaba ojo hasta que su dueña se dormía, y a la mínima que la veía triste Duna se acercaba y la llenaba de besos.

Gracias en gran parte a Duna, Paqui se está recuperando poco a poco. El amor y la compañía que su perra le ha dado es algo que ni ella misma puede expresar. Y esto es algo, que al igual que otras muchas cosas, Jordi sabía que pasaría. Que para Paqui, Duna también se convertiría en la ilusión de su vida.

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